sábado, 28 de agosto de 2010

Días de Días


Los nervios comenzaron a comerse mi cuerpo, entre la incoherencia usó una corona de rey medieval, las palabras atraviesan el espacio sacudiendo con estruendo todo lo que me rodea, el estomago se mueve y la comida ya digerida intenta salir, pues la nauseas no saben controlar las noticias precipitadas. Ese miedo regresa, y la calma hace presencia y va de un lado a otro.

La tempestad se tranquiliza en la ducha caliente, y el agua intenta llevarse los problemas, las montañas van cayendo y con ellas la incertidumbre, el no saber es más peligroso, que conocer más de lo que nuestro ser puede soportar. Me he acostumbrado a noticias con goteros, gotas de verdades, aún no me he hecho inmune al dolor, y sigo siendo el mismo niño llorón de los cinco años, claro la diferencia ahora son dos décadas, El niño ya no tiene cinco.

Transito en la simpatía y el descontento, que deja el querer, planificar hasta el último instante de vida. El color del cabello de mi hija, la forma de una boda poco común, la música de mañana, la respuesta del examen del día 31 de abril, la ropa interior que usaré el miércoles por la tarde, el post-grado que realizaré en dos años, el país en donde pienso vivir, el viaje de vacaciones, la palabra del último mensaje de texto antes de ir a dormir.

La espontaneidad no es mi virtud.

El peligro y el ritmo de vida amenaza mis planes, y es cuando reacciono… en contradicciones, repito una y otra vez la misma canción, mientras mi cigarro es aspirado por el aire, presiento las visitas de los que se han ido, y en mi oído izquierdo susurra una voz que condiciona lo que escribo.

Modificar un estilo de vida, pedir un cambio, exigir una permutación, ¿Por qué? Porque no aceptarlo tal y como es, con sus gritos y regaños, con su manías y costumbres, con sus sonrisas de esperanzas, con el entusiasmo del éxito, y la eficiencia de paso constante. Aceptar, tolerar, pero sobre todo comprender, es lo que me muestra la vida en este momento, pues el amor verdadero es el beneplácito del que ha decidido acompañarte para emprender ese viaje que es la Familia, Si, si dije Familia, el sueño que también se ha escrito en la meta número 4 de la tercera página del cuaderno verde ecológico que usó para mis apuntes de la universidad, el cuaderno que no puede ensuciarse, el que está siempre de punta en blanco, el que representa la cura, la bendición y la añoranza del futuro.

Ser un obsesivo de las reglas es mi más terrible defecto, observar la vida, como la ve un ciego, ciertamente no es vivir, pero a los veinte y cinco años, aún, uno tiende a preguntarse cuál es la forma adecuada de vivir, Dios, los libros, el sabio fulanito, tus padres, tus amigos, y la respuesta es un no, un no tajante que me indica que aquí nada puede estar sugerido, los golpes hay que llevárselos, no se puede caminar a tientas pensando en no caer en un hueco.

Lo que se dice a veces puede herir, dañar o hasta matar, lo que se escucha puede ahogar, dañar y matar, pero que importa si callar no curará los males y escuchar no te hace menos valiente, no hay males que no curen ni un bien tan justo que en el fondo no te haga daño.

Cuantas veces me he equivocado, y que bueno que puedo equivocarme, gracias a eso he podido encontrarte y ver en ti eso que no tengo, y ver en ti aquello que nunca había tolerado, y ver en ti a un ser distinto, que piensa, que ama, que lo da todo, pero que es diferente. Y es en esa discrepancia en que crece este sentimiento, pues te acepto por todo lo que eres y por todo lo que representas, y esa regla no existía en mi cuaderno ecológico.

Las sugerencias se van al carajo, junto con la rabieta y los malos sabores que dejan ciertas discusiones, o sigues o te estancas, o accedes o te revientas. Vislumbrar que uno no es Dios es el primer paso para empezar, y hoy te digo que no quiero que cambies, si me enamoré de ti por como eres, no soy quien para exigirte que cambies.

Entender no será fácil pero estoy dispuesto a asumir el reto. Sólo tengo una vida y una sola corona medieval, no pienso perder ambas cosas por negarme a aceptar lo desconocido, una sonrisa que calle lo incomprensible, una mirada que amortigüe la rabia, y un te amo que asfixie los desacuerdos.

Una carta como cualquiera pero un sentimiento como ninguno.

Soy


Hablar de sí mismo suele ser mucho más incomodo que hablar de los demás, será porque el hecho de revisarte y admitir en lo que eres bueno, o en lo que eres terrible, causa estupor, así que es preferible obviarlo para no perjudicar a la tan sensible autoestima.

Algunos diría que soy un egocéntrico, egoísta y con poca sensibilidad social, otro dirán que soy un buen amigo, un poco temperamental, pero que siempre está cuando lo necesitan…

Otros prefieren no opinar, algunos callan y otros dicen mentiras revueltas…

Y pueden que todos dentro de sus parámetros tengan razón, y qué es el hombre en sí mismo, sino un montón de comentarios fomentados por su entorno, abatidos por la envidia, presa fácil del terror de la lengua ajena… En cada paso que damos nos enfrentamos a un mundo establecido, aquí no hay nada que cambiar, pues otros decidieron hasta nuestra forma de pensar…

Que puedo decir de mi mismo, que soy un atorrante que no soporta que alcen el tono de voz, que vivo con medidas prefijadas desde mi niñez, que galanteo con el buen gusto, definido por mi profesor de etiqueta y protocolo, un señor de fingido acento francés y de apariencia afeminada. Amo las aventuras, claro, si antes se han pensando 1200 veces, fijando su riesgo y establecido su ganancia. Nunca actuo como otros quisiera que lo haga, pues cuando debo llorar no lloro, y cuando debo sonreír tampoco lo hago, tal vez soy un ser que trata de escapar a los paradigmas, encasillándose en otros más fuertes. Cuando se quiere ser distinto siempre se corre el riesgo de ser tan trivial como los demás, he aquí la lucha entre lo individual y lo colectivo, entre el hombre y la masa. Sé perfectamente que una muerte es una tragedia, y que miles de muertes son una estadística, así que mis palabras no siempre serán indulgentes, hablar del horror, sin inmutarme puede ser una de mis cualidades repulsivas

Soy una mente cuadrada, que planifica su día a día, que encuaderna el cariño en un horas determinadas, que sabe cuándo, cómo y dónde puede estar feliz, y cuando es mejor pasar por un amargado que no entiende nada, con un sentido vivo para percibir los malos momentos, no he sabido cómo hacer para no saber antes que otros, cuando algo malo ocurrirá.

Suelo tomar ochocientas pastillas, pues para mí siempre hay una pastilla que remedia el problema, y así a mis 24 años de edad, tomo pastilla para la tensión, para el stress, para el dolor de cabeza, pastillas para aumentar de peso, pastilla para evitar el cansancio, pastillas para dormir y para estar despierto en época de exámenes, pastillas para evitar la caída del cabello, pastillas que ayudan y me hacen uno más del sistema… Y qué he podido aprender de todo esto, tal vez que no hay que mortificarse porque siempre habrá una pastilla que te resuelva la vida, o es que sencillamente nos hemos inventado todo un mundo para no enfrentar la realidad tal cual es, sin velos, sin mascaras, cruda y cenagosa, ingenua y despiadada… un universo con forma de pastilla… SOLUCIONES EMPAQUETADAS.

Frente al mundo, hay más mundo de lo que pueden ver mis ojos… y con esa esperanza prefiero mirar el mañana.

Creo que hoy no tomo más pastillas...

Caminando


Eso de cumplir años tiende a ser un poco engorroso ya tú sabes, es una forma muy directa de que el calendario te diga: " Oye, te estás haciendo viejo…"

Sin embargo yo sigo escribiendo y sigo soñando…

Antes me desesperaba buscando el camino… Hoy me encuentro en el camino y continúo caminando…

Sigo corriendo a sabiendas que no por eso llegaré más temprano… En esta lucha constate que es la vida, hay una sola salida... Combatir, no bajar la cara, y ser quien se es…

Seguir siendo aunque no le agrades

Seguir triunfando aunque no lo disfruten

Seguir caminando hasta lograrlo.

Y ES QUE PARA SER FELIZ HAY QUE ARRIESGARSE…

¿Quién es James Capafho?

Mi foto
Caracas, Venezuela
No hay nada más importante en mi vida, que escribir y dar a conocer, ese mundo que existe, en cada historia, en cada cuento, y en cada una de nuestras palabras, que pierden la monotonía, por el solo hecho de contarlas.

Agradecimientos



Quiero darles las gracias a todas aquellas personas que han formado parte de mi vida, desde la señora que me cuidaba y hoy no recuerdo su nombre, hasta el señor de las mil preguntas, con sus mil y una respuestas, a todos esos seres que se borraron en el intento. A la abuelita del aeropuerto del Dorado en Bogota, que sin conocerme me auguró un futuro de prosperidad.







Agradezco a esas personas que existieron y luego volaron a otro nivel, pero que antes de partir me brindaron instantes llenos de emociones. A todos aquellos que me remplazaron por otros y a todos aquellos que yo reemplace. A los que me olvidaron y hoy ni siquiera saben mi nombre y a los que yo olvide, con el transcurso del tiempo.







Agradezco a los que me apoyaron desde muy lejos, y hoy en la lejanía del fin del mundo, siguen confiando en mi, deseándome lo mejor. A los que siempre estuvieron y seguirán estando en mi vida de manera perdida, a los que se fueron un día y nunca volvieron, a mis ex amigos, a mis ex compañeros de clases, a mis ex profesores. A las risas, a las burlas, a los chistes sin sentido, quiero que sepan que todo valió la pena, y que todo tenía y debía pasar.







Agradezco a todas esas personas que me quisieron, a los que me quieren y a los que me querrán. A ustedes mis nuevos amigos, que entran en mi vida, para conformar mi presente. Sean todos bienvenidos, que la vida comienza cada cierto tiempo y se reinventa cada vez que lo necesita.



A todos ellos gracias, por contribuir a mi evolución ayudándome a buscarle aquel sentido critico que tiene la vida, y que antes no sabia, fueron ustedes el escalón para llegar. Somos parte de esos momentos, momentos infortunados y felices.



Antes de terminar:



Quisiera retribuirle de alguna manera todo mi afecto, a ese ser que si existió, y que de repente, dejó de estar en mi vida de forma física, para convertirse en un ente especial que sólo yo puedo percibir, gracias por ayudarme a comprender que a veces los seres que más amamos se encuentran con nosotros de manera ausente. Donde quieras que estés, este libro es para ti.







http://img156.imageshack.us/img156/9829/02hj8.jpg


http://img205.imageshack.us/img205/153/01go7.jpg




PRONTO... MIL JUEGOS UN CASTIGO escrito por James Capafho